vendredi 11 avril 2008

Cobardia disfrazada

El primero fue supersarko pero los demás no le han hecho ascos a la absurda idea de boicotear la ceremonia de inauguración de los juegos olímpicos.

Esto del boicot a la ceremonia es de lo más ridículo que hemos oido en mucho tiempo y sólo sirve para medir la importancia de China en la escena política internacional.

Hace unos pocos años se hablaría de boicotear los juegos y no simplemente la ceremonia. ¿quien se acuerda de la ceremonia de los juegos? ¿no son ya unos juegos deportivos? Si se quiere reaccionar contra el totalitarismo chino y su opresión del pueblo tibetano hay que boicotearr los juegos y no intentar salvar la cara ante la opinión pública de este primer mundo en el que ya no queda un solo dirigente con sentido del honor.

También cabría reflexionar sobre el buenismo de toda esa gente que se echa a la calle al paso de la antorcha para mostrar su desacuerdo con la política china. ¿Es sólo buenismo solidario o hay un componente de ese miedo que recorre el mundo ante la plaza que está pérdiendo Occidente ante el avance de Asia?

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